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Evaluación comparativa de los efectos de diferentes modalidades de ejercicio en la salud de pacientes con sobrepeso u obesidad

La enfermedad cardiovascular representa la principal causa de mortalidad en todo el mundo, y se reconoce ampliamente el papel que desempeña la actividad física, particularmente el ejercicio aeróbico, en su prevención. A pesar de esto, la investigación sobre la modalidad de ejercicio que ofrece mayores beneficios en la reducción del riesgo cardiovascular es limitada.

 

Un estudio llamado “Cardio-RACE” es un ensayo clínico aleatorizado y controlado llevado a cabo en un solo centro, diseñado para comparar la efectividad del ejercicio de resistencia muscular, aeróbico y una combinación de ambos en la mejora del perfil de riesgo cardiovascular en adultos con sobrepeso u obesidad.

 

Este estudio incluyó a 406 adultos de entre 35 y 70 años con sobrepeso u obesidad y presión arterial elevada. Estos participantes fueron asignados aleatoriamente a uno de cuatro grupos: un grupo de control sin ejercicio (n=102), un grupo de ejercicio aeróbico (n=101), un grupo de ejercicio de resistencia muscular (n=102) y un grupo de ejercicio combinado (n=101). Los grupos estaban equilibrados en cuanto a características basales. Durante un año, todos los participantes en los grupos de intervención realizaron una hora de ejercicio supervisado tres veces por semana (el grupo de ejercicio combinado realizó 30 minutos de cada tipo de ejercicio). El objetivo principal fue evaluar el cambio en el Z-score compuesto por cuatro factores de riesgo cardiovascular: presión arterial sistólica, colesterol LDL, glucosa en ayunas y porcentaje de grasa corporal, después de un año de intervención.

 

De los 406 participantes (53% mujeres), 381 (94%) completaron el seguimiento de un año. En comparación con el grupo de control, el Z-score compuesto disminuyó en el grupo de ejercicio aeróbico (diferencia media de -0,15; p = 0,01) y en el grupo de ejercicio combinado (diferencia media de -0,16; p = 0,009) después de un año, pero no en el grupo de ejercicio de resistencia (diferencia media de -0,02; p = 0,69). Tanto el grupo de ejercicio aeróbico como el grupo combinado mostraron mayores reducciones en el Z-score compuesto en comparación con el grupo de ejercicio de resistencia (ambos p = 0,03), aunque no hubo diferencias significativas entre los grupos aeróbico y combinado (p = 0,96). Respecto a los cuatro factores de riesgo cardiovascular individuales, solo el porcentaje de grasa corporal disminuyó en los tres grupos de ejercicio en comparación con el grupo de control después de un año, mientras que la presión arterial sistólica, el colesterol LDL y la glucosa en ayunas no mostraron disminuciones significativas en ninguno de los grupos de ejercicio en comparación con el grupo de control.

 

Por consiguiente, esta investigación nos revela que tras un año de intervención, tanto el ejercicio aeróbico como el combinado mejoraron el Z-score de manera significativa. Se observó una reducción similar en la magnitud del Z-score en ambos grupos, sin diferencias notables entre los subgrupos analizados en términos de edad y sexo. Aunque el ejercicio de resistencia no produjo mejoras en el Z-score, ofrece beneficios adicionales que lo hacen atractivo en los programas de ejercicio para personas con sobrepeso u obesidad.

 

El ejercicio de resistencia se ha asociado con mejoras en la fuerza muscular y la composición corporal, aumentando la masa magra en comparación con el grupo control. Esto es crucial para mantener un peso saludable y puede ser considerado para preservar la masa muscular durante los programas de pérdida de peso, los cuales a menudo resultan en pérdida de masa muscular. Además, el ejercicio de resistencia puede ser una opción valiosa para aumentar la actividad física en personas obesas con movilidad limitada y baja tolerancia al ejercicio aeróbico.

 

Es importante destacar que el ejercicio de resistencia podría tener un impacto positivo en la adherencia al programa de ejercicio, ya que la asistencia a las sesiones de ejercicio aeróbico disminuyó hacia el final del estudio en comparación con el ejercicio de resistencia o combinado. Por lo tanto, aunque el ejercicio aeróbico puede ser más efectivo para mejorar el perfil de riesgo cardiovascular con la dosis adecuada, el ejercicio combinado podría ser más beneficioso a largo plazo debido a su capacidad para mantener una mayor adherencia.

 

Estos resultados respaldan las directrices actuales de actividad física de la Sociedad Europea de Cardiología, que recomiendan la combinación de ejercicio de resistencia (> 2 días/semana) con ejercicio aeróbico de moderada intensidad (> 150 min/semana) para promover la salud cardiovascular.

 

En conclusión, en adultos con sobrepeso u obesidad, el ejercicio aeróbico solo o combinado puede mejorar el perfil de riesgo cardiovascular en comparación con la ausencia de ejercicio, a diferencia del ejercicio de resistencia solo. Por lo tanto, para mejorar el perfil de RCV en adultos con sobrepeso u obesidad debe incluirse el ejercicio aeróbico. Sin embargo, combinarlo con ejercicio de resistencia muscular puede ofrecer una eficacia similar, además de proporcionar beneficios adicionales como la mejora de la fuerza muscular y favorecer la adherencia al ejercicio.


Referencias bibliograficas


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